viernes, 2 de diciembre de 2011

HOMENAJE AL MAESTRO JULIO CASTRO 2 DE DICIEMBRE DE 2011



Montevideo, 2 de diciembre de 2011.

En el acto en Homenaje al Maestro Julio Castro, ante la aparición de sus restos, realizado en la presente jornada la Mesa Permanente de ATD expresa:


“LA ENSEÑANZA SE CONVIERTE EN UNA FORMA DE ACTUAR FRENTE A LA VIDA”  NOS DICE Julio Castro en su libro “El banco fijo y la mesa colectiva”.

Muchas son las enseñanzas que nos dejó Julio, a quienes lo conocieron y a quienes no tuvimos la suerte de conocerlo personalmente pero sí a través de anécdotas de quienes compartieron espacios de trabajo y militancia con él así como a través de la lectura de su legado fecundo.

Pero no vamos a referirnos a su obra sino a su persona. Fue un defensor a ultranza de los pobres, de los dejados de lado por la sociedad, de los excluidos. Supo sentir las necesidades de los que lo rodeaban y no fue indiferente a la realidad que lo golpeaba.

Desde la Escuela Rural fue protagonista de muchísimas injusticias: sentir el dolor de los niños que no tenían qué comer, estando rodeados de lo que sus propios padres producían para otros, verlos tiritar de frío por no tener con qué abrigarse mientras las ovejas pastaban a su alrededor.

Sus inquietudes trascendieron a su persona. Despertó en los jóvenes estudiantes, no sólo de magisterio sino de medicina, agronomía, odontología  y otros la necesidad de sumergirse en esa realidad para conocerla y transformarla, participando en las misiones socio-pedagógicas.

Como decía Hugo Rodríguez, Julio era una persona peligrosa para la dictadura porque permanentemente estaba denunciando a nivel internacional las atrocidades que sucedían en nuestro país y colaboraba con quienes se veían enfrentados a la necesidad de exiliarse, buscando contactos a través de la embajada de México, logrando salvar sus vidas, exponiéndose a las consecuencias de sus actos. Por eso lo mataron. Creyeron que de esa manera sus ideas desaparecían.

No sólo Julio, fueron muchos los uruguayas y uruguayos que fueron torturados, desaparecidos, presos. Consideramos que el hallazgo de sus restos es un paso más en la lucha por verdad y justicia. Todavía debemos encontrar a Elena, a Gustavo y a todos los demás desaparecidos...

Hoy más que nunca los maestros tenemos el mandato social de contribuir a través de la educación a que no se repitan estos hechos. Por eso se ha incorporado al Programa Escolar la enseñanza y el estudio de la “Historia reciente” y de los “derechos humanos”, para que nuestros niños comprendan qué pasó en nuestro país y sean defensores de la vida.

Compartimos las palabras de Eduardo Galeano, publicadas en el día de la fecha  en el semanario Brecha:

“En los huesos de Julio Castro está el más certero retrato de la dictadura militar.
Dime a quién odias y te diré quién eres: a Julio lo mataron y desaparecieron porque era un hombre solidario y digno, porque jamás humilló ni se dejó humillar, porque era querido y queriente, porque era respetador y respetado, porque era un hombre vivido y sabio, el más modesto de los sabios, y su sencilla manera de vivir y de escribir ofendía a la arrogancia armada, y porque tenía un invencible sentido del humor, que siempre lo ayudó a ser más fuerte que el miedo.”




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