viernes, 9 de diciembre de 2011

Declaración del Movimiento de Educadores por la Paz.

2 de diciembre de 2011
Frente al hallazgo de los restos de nuestro querido maestro Julio Castro creemos necesario expresar:
- El profundo dolor de saber detalles de un final terrible, más terrible aún de lo que imaginábamos.
- Creíamos posible que no hubiese soportado la tortura y que su frágil salud claudicara por la
brutalidad con que era ejercida; pero no podemos comprender cómo alguien pudo torturar
durante tres días y ejecutar cobardemente a una persona agonizante como Julio. Tampoco
comprendemos cómo muchos de lo autores de semejantes bestialidades siguen sueltos
caminando entre nosotros.
- El impacto social que ha tenido el hallazgo de sus restos sólo es comparable al que producen los más atroces crímenes contra la humanidad y refleja que el pueblo uruguayo no ha perdido la
sensibilidad, los valores y solidaridad que Julio predicaba y practicaba.
- Julio ha reconciliado a los maestros con la sociedad; después de muchos años se dicen cosas positivas de los maestros y esa es una contribución más, a treinta y cuatro años de su desaparición, para la dignificación de la tarea docente y el papel de la educación. Nuevamente - Julio Castro cumple la tarea de hacernos encontrar con el otro, como en los congresos y las reuniones gremiales o políticas de antaño.
-  Quienes lo asesinaron además de la vida, le quisieron robar la muerte. Pero a pesar de las
mentiras su nombre se refugió durante décadas, clandestino, en bocas, papeles y en
corazones para quedarse para siempre entre nosotros. Hasta que la tierra habló. Julio es
hombre “quedado” decía Quijano, se sabe cuándo llega pero le cuesta partir y Julio se
quedó, sigue hoy junto a nosotros.
- Al ocultar sus restos bajo tierra, sus asesinos no pudieron borrar los caminos que Julio trazó sobre ella; quienes estallaron su cráneo no sabían que con ello difundieron más aun sus ideas. La vigencia de su pensamiento pedagógico y político nos permite convocar - convocarnos - a
redoblar el esfuerzo por Verdad y Justicia, a redoblar el esfuerzo por una educación popular,
autónoma, más justa, universal, contextualizada en el medio en el que se desarrolla,
comprometida con los Derechos Humanos y la Cultura de Paz, dotada con los recursos necesarios para funcionar dignamente.
- Por último compartimos un pensamiento extraído de La educación y la independencia nacional, Rumbo Nº 9, Instituto Cooperativo de Educación Rural (ICER) Montevideo, 1966.
“Los educadores, minoría privilegiada por cuanto su destino profesional los pone en la situación de crear y orientar el pensamiento colectivo, no pueden ni deben desertar de la tarea de poner claridad y realidad en el planteo de los problemas del Continente. Y ello vale tanto para el proceso de su formación, como para el sentido de las enseñanzas que impartan”.
Por el Movimiento de Educadores por la Paz : 
Maestro Víctor Brindisi Mtro.   Prof. Julio Arredondo Larrosa
            Secretario                                  Presidente

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