MEMORANDO N° 14.14
DE: Mesa Permanente de ATD
PARA: CEIP
ASUNTO: Circular Nº 20
FECHA: 30 de abril de 2014
La Mesa Permanente de ATD de Primaria en el marco de
sus facultades previstas en el Art. 17 del Reglamento que regula su
funcionamiento, en tanto deben “cumplir las tareas específicas que le
cometiere a la asamblea, oficiando de interlocutor con el CODICEN o el
respectivo desconcentrado”, atendiendo a lo dispuesto (Art.1 y 3) como “órganos
deliberantes con facultades de iniciativa y funciones consultivas en los
problemas técnico-pedagógicos de la rama respectiva y en tema de educación
general”. “Las Asambleas de Docentes podrán:
-3.1. Emitir opinión en todas aquellas cuestiones de
índole técnico-pedagógico o en temas de educación que el Consejo Directivo
Central o cada Consejo desconcentrado les sometan a consulta.
-3.2. Ejercer iniciativa como órganos de
asesoramiento en los problemas técnico-pedagógicos de la rama respectiva y en
temas de educación general.
-3.3. Pedir a los Consejos respectivos los datos e
informes que estimen necesarios para el cumplimiento de sus cometidos.”
Atento a lo expuesto anteriormente y frente a la
lectura reflexiva y comprometida de la Circular N°20 de ese Consejo de fecha 27
de marzo de 2014, en el marco de los valores y principios que sustentan la Ley
de Educación N°18437, que invisten de carácter normativo los documentos
emanados de Inspección Técnica, expresa:
·
se advierte un
desconocimiento y subestimación de la profesionalidad de los maestros, no
valorando la práctica profesional de los docentes en el marco de su autonomía
técnica y en el respeto por la libertad de cátedra.
·
la contraposición a lo
expresado y vastamente desarrollado en el marco conceptual que orienta el
Programa Escolar.
·
las orientaciones
divergentes con los documentos y bibliografía aportados en los recientes cursos
de Inspectores desarrollados en el IPES para más de setecientos inspectores y
directores que conforman el escalafón jerárquico del desconcentrado.
·
el marco conceptual que
sostiene el mencionado documento hace referencia a los aportes de la filósofa
española Adela Cortina, cuya principal trayectoria académica está vinculada al
campo empresarial, especialmente a la responsabilidad social que debe enmarcar
la actividad comercial y de mercado de los empresarios de las grandes
corporaciones.
A partir de los conceptos desarrollados en la
circular mencionada respecto al rol de inspector, se advierte con preocupación
que las orientaciones teóricas que se reflejan en dicha circular pertenecen a
corrientes de pensamiento, especialmente de la línea tecnicista, que
contradicen los conceptos de Hombre, Ciudadano y Educación que emanan del marco
filosófico y antropológico de la Ley N°18437 y el Programa Escolar.
La centralidad brindada al concepto del “control” en
la Circ. N°20, no refleja el espíritu de cultura colaborativa, de
horizontalidad en el análisis de las situaciones para la toma de decisiones, y
de trabajo en equipo que debe orientar la supervisión en el Sistema Educativo.
Se podría decir que se trata de la imposición en cascada del poder.
La ATD ha producido vastos documentos que abordan la
necesidad de construir un cambio en el vínculo entre la Escuela y el Sistema
que enmarca su accionar, desde el respeto en forma situada a las
características de los centros y la identidad de los colectivos. En esta línea
fue desarrollado el tema de la supervisión colaborativa por parte de quienes
tuvieron a su cargo el desarrollo de los módulos de supervisión del reciente
curso de Inspectores realizado durante el año 2013-2014 en el IPES. En este
mismo sentido se han desarrollado las ponencias de autores actuales,
provenientes de la corriente de la Pedagogía Crítica, que inspiran y dan
sentido al ideal de Hombre, Ciudadano y Educación que se pretende desarrollar
de cara al desafiante e incierto Siglo XXI.
Cualquiera sea el rol que el docente desempeñe:
maestro de aula, director o inspector, se hace acuerdo con Bernard Charlot
(2012) en cuanto plantea que “se hace imprescindible un docente que aliente,
con entusiasmo de vida, placer de enseñar, disfrute de la infancia, pasión por
el saber, que contagie el entorno. Un docente que habilite un diálogo
auténtico, crítico con licencia para ser criticado sin sentirse agraviado en su
oficio.”
Silvina Gvirtz (2009) plantea que ser supervisor “supone
en transformarse en un aliado estratégico de la conducción, aliado equidistante
del mero control persecutorio y también de la complicidad de que todo está
bien.”
Blejmar expresa: “el supervisor debe ser un
facilitador organizacional, lo que implica que puede situarse detrás del
directivo, para sostenerlo, estimularlo y contenerlo; al costado para
acompañarlo; tal vez arriba, cuando tenga que orientarlo o incluso observarlo;
pero nunca delante. Un buen supervisor es aquel al que se lo reconoce por sus
efectos en la tarea y el proyecto, no por ocupar el escenario.”
El espacio de supervisión es importante que se diseñe
como un lugar de articulación entre la teoría pedagógica y la práctica
educativa en territorio, entre hacer y pensar teniendo en cuenta que pensar es
hacer, siempre planteado en un trabajo colaborativo, horizontal y de
reconocimiento y respeto por la profesionalidad mutua entre los diferentes
autores del “hacer escuela”. Desde los colectivos docentes de las escuelas
reunidos en ATD se solicita un cambio en el rol que el Inspector desempeña. Se
considera que éste debe ser mediador de procesos, articulador entre el Sistema
y la Escuela, colaborativo y generoso desde su saber pedagógico para empáticamente
sostener y acompañar la tarea de los docentes, niños y comunidad que habitan
las escuelas, organizaciones complejas ganadas por la incertidumbre que la
sociedad actual atraviesa.
Se comparte lo planteado por UNICEF en
“Autoevaluación de la calidad educativa en escuelas primarias”, edición 2011,
pág 26 : “El rol de los supervisores y las supervisoras será de
acompañamiento y apoyo y no de control o sanción ...”
Simplificar la tarea, priorizando en la acción del
inspector el control, deshumaniza la
función en tiempos en los que se hace imprescindible una escuela que humanice,
enseñe y viva en valores de convivencia, justicia, respeto por todos los
autores y actores del hecho educativo. Además impide, obstaculiza y pone trabas
a la reflexión entre los docentes de cada escuela sobre la enseñanza y el
aprendizaje para convertirse en profesionales tomadores de decisiones y no
meros ejecutores de lo pensado y planificado por otros(s).
La ATD entiende que existe
un corpus de conocimiento pedagógico, con aportes de las diversas disciplinas
que contribuyen al análisis de las variables que inciden en el hecho pedagógico
que enmarca de forma situada la gestión
de las Instituciones Escolares.
Consideramos que el contenido de la Circular Nº 20
confunde, al decir de Graciela Frigerio (1998), calidad educativa y calidad de
vida: “suponer que se puede construir calidad educativa independientemente de
la calidad de vida es una ingenuidad comparable a la de suponer que se puede
construir calidad para todos, en épocas del darwinismo social. La calidad
educativa requiere la solidaridad de las políticas sociales y la solidaridad
interinstitucional. Ambas son contradictorias con las leyes del mercado, el
individualismo y el sectorialismo”.
Sostener que curriculum crítico y políticas
educativas neoliberales pueden ir juntas, no hace más que demostrar que estas
últimas han sido elaboradas desde un escritorio lejos de los contextos
educativos y de las opiniones docentes. Implica, sin lugar a dudas, un
retroceso ideológico en épocas de progresismo político.
Esto contribuye a generar más malestar docente y a
alejar cada vez más a los maestros de las escuelas y a los estudiantes de
magisterio de las aulas.
La ATD apuesta, en el marco de sus resoluciones, a la
construcción de una Escuela Pública comprometida en su hacer, respetuosa de los
Derechos Humanos, la Libertad y la Justicia, transformadora de la sociedad,
emancipadora, que valore el desarrollo de cada una de las personas en su
dimensión individual y colectiva. Para ello, todos los docentes que desempeñan
tareas deben hacer acuerdo en los ideales democráticos, que sostienen los
principales documentos que orientan la gestión del Sistema, eludiendo los
diagnósticos fáciles, provenientes de quienes analizan la economía de mercado,
y reducen la práctica pedagógica a un simple ejercicio de control, sumas y
resultados.
Por Mesa Permanente de ATD
Raquel Bruschera Teresita Rey Elena Zabala Jorge
Bertolino
Gabriela Arbeleche Maider García Cristina Figueredo